Artículo publicado en Revista PM, en agosto de 2008
Por Julián Capasso
Es el técnico con más triunfos en la Liga Nacional, y vive la particular situación de dirigir a jugadores aún más experimentado que él. Sabe bien que “no se necesita ganar un trofeo para ser un ganador”, y que “ser el mejor es muy duro”, por eso asume su rol sin titubeos.
PM: ¿Cuál es tu expectativa de Beijing?
SH: Espero que el equipo esté a la altura de las circunstancias y que juegue de la manera en la que viene haciéndolo en los últimos torneos. Sólo así tendremos acceso a un lugar en el podio. De todas maneras, todos sabemos lo que es un Juego Olímpico y cuáles son sus complicaciones: una noche te pueden llevar al triunfo o a casa. El equipo está en un grado de madurez tan grande que lo entiende y jugar con esa presión no condicionada para nada”.
PM: ¿Todo lo que no sea el Oro va a generar frustración?
SH: Ese es un tema bastante particular en nuestro país. Por nuestro carácter e idiosincrasia somos inconformistas. El exitismo que tenemos, que muchas veces puede ser un defecto nuestro, pasa a ser también una virtud. Esa situación que vive el aficionado del básquetbol, nos sucede también a nosotros.
PM: Cuando llegaste a la selección en 2005, el equipo venía de ser subcampeón mundial y campeón olímpico. ¿Fue difícil acoplarte al plantel?
SH: Si bien no fui partícipe en esos dos torneos, llevo veinte años haciendo este trabajo a nivel profesional. El básquet es el mismo en todas partes del mundo, lo que cambia es el nivel. En la alta competencia pocas cosas se facilitan y la mayoría se dificultan. Los entrenadores estamos acostumbrados a ser los guías en todo aspecto del equipo. Lo lógico es que un equipo tenga al entrenador con más experiencia que los jugadores. En este caso es al revés, ya que los jugadores conocen más el medio y se manejan mejor que yo. Resolver esto fue cuestión de sentido común: tuve que apoyarme en los jugadores de más experiencia.
Por Julián Capasso
Es el técnico con más triunfos en la Liga Nacional, y vive la particular situación de dirigir a jugadores aún más experimentado que él. Sabe bien que “no se necesita ganar un trofeo para ser un ganador”, y que “ser el mejor es muy duro”, por eso asume su rol sin titubeos.
PM: ¿Cuál es tu expectativa de Beijing?
SH: Espero que el equipo esté a la altura de las circunstancias y que juegue de la manera en la que viene haciéndolo en los últimos torneos. Sólo así tendremos acceso a un lugar en el podio. De todas maneras, todos sabemos lo que es un Juego Olímpico y cuáles son sus complicaciones: una noche te pueden llevar al triunfo o a casa. El equipo está en un grado de madurez tan grande que lo entiende y jugar con esa presión no condicionada para nada”.
PM: ¿Todo lo que no sea el Oro va a generar frustración?
SH: Ese es un tema bastante particular en nuestro país. Por nuestro carácter e idiosincrasia somos inconformistas. El exitismo que tenemos, que muchas veces puede ser un defecto nuestro, pasa a ser también una virtud. Esa situación que vive el aficionado del básquetbol, nos sucede también a nosotros.
PM: Cuando llegaste a la selección en 2005, el equipo venía de ser subcampeón mundial y campeón olímpico. ¿Fue difícil acoplarte al plantel?
SH: Si bien no fui partícipe en esos dos torneos, llevo veinte años haciendo este trabajo a nivel profesional. El básquet es el mismo en todas partes del mundo, lo que cambia es el nivel. En la alta competencia pocas cosas se facilitan y la mayoría se dificultan. Los entrenadores estamos acostumbrados a ser los guías en todo aspecto del equipo. Lo lógico es que un equipo tenga al entrenador con más experiencia que los jugadores. En este caso es al revés, ya que los jugadores conocen más el medio y se manejan mejor que yo. Resolver esto fue cuestión de sentido común: tuve que apoyarme en los jugadores de más experiencia.
PM: ¿Cómo se maneja un vestuario así?
SH: La mayoría de estos jugadores llegaron a donde están porque han estado en clubes en donde la palabra “equipo” es más importante que cualquier otra. Ellos tienen en claro que necesitan ser dirigidos y organizados por un entrenador. Este aspecto no es complejo. Al contrario, fue la parte más fácil. Es más, respecto a respuesta de pautas y ejecución de tácticas, quizás sea el equipo más disciplinado que dirigí en mi vida.
PM: Conoces a Manu desde que era chico, cuando él iba a ver los entrenamientos de Bahiense del Norte, donde dirigías a sus hermanos. ¿Qué cosas han cambiado de él?
SH: Manu siempre fue sumamente inteligente, curioso y competitivo, cosas que ha mantenido. Está siempre con una sonrisa. Da gusto compartir cualquier cosa con él, sea un equipo o un asado. El tuvo que adaptarse a una vida de jugador súper famoso. Es reconocido en cualquier lugar del mundo y no cualquiera está preparado. En la esencia, él sigue siendo la misma persona y eso es lo que hace que consiga todo lo que tiene.
Trayectoria:
Sport Club, Cañada de Gómez / Deportivo Roca / Regatas de San Nicolás / Estudiantes de Olavarria / Lobos Cantabria (España) / Boca Juniors / Selección Nacional
Sport Club, Cañada de Gómez / Deportivo Roca / Regatas de San Nicolás / Estudiantes de Olavarria / Lobos Cantabria (España) / Boca Juniors / Selección Nacional
Clínica de básquet de Sergio "Oveja" Hernández-Parte 1
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